En el mundo del desarrollo infantil, las decisiones más determinantes no se toman a los diez años, ni siquiera a los cinco. Se toman —o se omiten— en los primeros mil días de vida. Es en ese umbral donde se definen trayectorias que acompañarán a una niña o un niño el resto de su vida.
Desde hace más de cinco décadas, APAC (Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral) ha construido una de las respuestas más sólidas en México para la atención integral de personas con discapacidad neuromotora. Sin embargo, su impacto trasciende el tratamiento de condiciones ya diagnosticadas. Hoy, su labor más estratégica se sitúa incluso antes de que exista una valoración clínica: en la prevención, la detección temprana y el acompañamiento especializado durante los primeros años de vida.
Prevenir antes de intervenir
Detectar a tiempo alteraciones en el desarrollo infantil puede prevenir afectaciones permanentes. La Organización Mundial de la Salud estima que el 43% de niñas y niños menores de cinco años en países de ingresos bajos y medianos no alcanza su potencial de desarrollo debido a la pobreza, la desnutrición y la falta de estimulación temprana (OMS, 2017). En México, donde más del 50% de niñas y niños viven en situación de pobreza (CONEVAL, 2022), la prevención no puede depender del privilegio ni de la suerte.
No se trata de etiquetar, sino de identificar señales de alerta, a menudo imperceptibles para cuidadores no capacitados, que requieren una intervención interdisciplinaria y oportuna. En esta etapa, cada semana cuenta.
“Cuando la intervención inicia antes de los seis meses de edad, hemos visto cambios significativos incluso antes del año y medio. A partir de ahí, el seguimiento se vuelve mucho más puntual. Pero cada semana que se gana en ese proceso temprano puede hacer toda la diferencia.”
Enrique Téllez – Presidente del Patronato APAC Tweet
APAC ha desarrollado modelos de vigilancia comunitaria y evaluación funcional que integran protocolos estructurados, capacitación a cuidadores y criterios técnicos validados. Este modelo se aleja del paradigma asistencialista y pone al centro la corresponsabilidad familiar y social.
La familia como núcleo de intervención
Uno de los mayores aciertos del modelo de APAC es el enfoque centrado en la familia. Lejos del esquema clínico vertical, la organización promueve que madres, padres y cuidadores sean agentes activos del desarrollo infantil. Se les capacita no solo para aplicar ejercicios o técnicas, sino para entender objetivos terapéuticos, generar entornos estimulantes y tomar decisiones informadas.
La evidencia lo respalda: las intervenciones centradas en la familia mejoran significativamente la adquisición de habilidades adaptativas y el desarrollo emocional de las niñas y niños, al tiempo que reducen el estrés crónico en los cuidadores primarios (Dunst et al., 2007).
“Los papás ya no ven la terapia como algo externo, sino como parte de la vida diaria. Les damos herramientas para que ellos mismos trabajen con sus hijos. A veces vienen tres veces por semana y también llevan ejercicios a casa. La diferencia la marca ese acompañamiento constante.”
Guadalupe Maldonado Guerrero – Directora General Tweet
Este enfoque se materializa en programas de formación parental, acompañamiento psicoeducativo y estrategias personalizadas, especialmente en contextos de alta vulnerabilidad donde el sistema de salud está ausente o desbordado.
Detección que transforma
Los trastornos del neurodesarrollo afectan a uno de cada seis niños en edad escolar (CDC, 2022), y muchos de ellos pudieron haber sido identificados antes de los dos años. Sin embargo, en América Latina los diagnósticos suelen llegar tarde, y con ellos también las oportunidades de intervención efectiva.
APAC ha invertido en soluciones prácticas que reducen las barreras de acceso desde los primeros meses de vida. Entre ellas:
- Aplicación comunitaria de escalas de desarrollo como la Haizea-Llevant, para evaluar hitos motrices, del lenguaje y socioemocionales.
- Capacitación continua a personal terapéutico, promotores de salud y cuidadores comunitarios.
- Herramientas digitales accesibles para monitoreo inicial por parte de familias.
Este modelo de tamizaje no sustituye al diagnóstico clínico, pero permite identificar desviaciones en el desarrollo típico con anticipación, iniciar intervenciones tempranas y canalizar a especialistas cuando es necesario.
Una herramienta al alcance de todas las familias
Como parte de este enfoque, APAC desarrolló una herramienta en línea gratuita para madres, padres y cuidadores de niñas y niños de 0 a 4 años. El sitio ofrece un cuestionario diseñado con base en hitos de desarrollo reconocidos clínicamente, que orienta a las familias sobre el estado del desarrollo de su hija o hijo.
La herramienta entrega una retroalimentación preliminar y recomendaciones claras. En muchos casos, representa el primer contacto de una familia con un sistema estructurado de atención.
Test: 👉 https://apac.mx/test/
Este sitio tiene como objetivo ayudar a monitorear el desarrollo infantil con el fin de prevenir o reducir daños neurológicos a largo plazo. Considera esta herramienta como un punto de partida para fortalecer el potencial de tu pequeño.
Fuentes:
- Organización Mundial de la Salud (OMS), Nurturing Care Framework, 2017.
https://nurturing-care.org
- CONEVAL, Medición de la pobreza 2022.
https://www.coneval.org.mx
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC), Developmental Disabilities Monitoring, 2022.
https://www.cdc.gov/ncbddd/developmentaldisabilities
- Dunst, C.J., Trivette, C.M. & Hamby, D.W. (2007). Meta-Analysis of Family-Centered Helpgiving Practices Research. Mental Retardation and Developmental Disabilities Research Reviews.
- Bosch-Bayard, J. & Alegría, R. (2002). Detección temprana de alteraciones del neurodesarrollo: Escalas Haizea-Llevant. Instituto de Neurobiología UNAM.