Por Fernando Aguilar, Inversión Social – Líder de Salud y Acción Humanitaria
Cada 19 de agosto recordamos a quienes dedican su vida a brindar ayuda en los momentos más difíciles. El Día Mundial de la Acción Humanitaria se conmemora para honrar a quienes llevan asistencia a personas en crisis y para aumentar la conciencia pública sobre la importancia de la cooperación internacional en este esfuerzo.
Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de la ONU en memoria del atentado al Hotel Canal en Bagdad en 2003, donde murieron 22 trabajadores humanitarios, incluido Sergio Vieira de Mello, representante especial de la ONU para Iraq y considerado fuerte candidato a la Secretaría General de las Naciones Unidas.
La necesidad de asistencia humanitaria crece cada año. En 2023, más de 140 millones de personas en todo el mundo recibieron ayuda vital y se estima que, en 2025, 305 millones la necesitarán con urgencia. Detrás de cada cifra hay familias desplazadas por la violencia, comunidades enteras que lo perdieron todo tras un fenómeno natural y niñas y niños cuya salud depende de la llegada de suministros básicos. Las causas principales son conocidas: conflictos armados y crisis climática. Lo que realmente importa es cómo respondemos como sociedad.

Juventud que transforma la emergencia en acción.
En medio de estas realidades, la juventud se ha convertido en una fuerza indispensable. Su capacidad de movilización rápida, el manejo de herramientas digitales y su sensibilidad hacia la justicia social amplifican el impacto de la acción humanitaria.
Lo vemos en brigadas estudiantiles, en proyectos tecnológicos que mejoran la distribución de ayuda y en colectivos que acompañan a comunidades en crisis. Los jóvenes en México y el mundo muestran que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son declaraciones abstractas, sino compromisos vivos que se construyen en cada acto de ayuda.
Su energía conecta directamente con metas como poner fin a la pobreza y al hambre, garantizar salud, acceso a agua limpia y construir sociedades más justas y pacíficas.

México: la memoria de la solidaridad
La historia reciente de México está marcada por momentos donde la solidaridad ciudadana cambió el rumbo de una crisis. Los sismos de 1985 y 2017 son prueba de ello: miles de jóvenes salieron a las calles para salvar vidas, organizar centros de acopio, repartir alimentos y acompañar a familias en duelo.
Esa memoria colectiva sigue viva cada vez que enfrentamos una amenaza natural que, al combinarse con vulnerabilidades sociales, se convierte en desastre.
Hoy, la acción humanitaria en México se expresa en cuatro grandes frentes: atención a desastres, apoyo a migrantes y refugiados, protección de poblaciones vulnerables y promoción de derechos humanos. Organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y colectivos ciudadanos trabajan de forma coordinada para brindar asistencia inmediata, proteger vidas y promover la recuperación sostenible.

El papel de Promotora Social México
En Promotora Social México (PSM) hemos aprendido que la primera respuesta es siempre la más importante: llegar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Nuestro rol en la acción humanitaria ha sido contribuir de manera cercana con quienes cuentan con la experiencia y capacidad para brindar esa atención.
Por eso nos enfocamos en canalizar recursos, articular alianzas y acompañar de forma estratégica a organizaciones especializadas en ayuda humanitaria y gestión de emergencias.
Durante más de una década y media hemos estado presentes, a través de estos aliados, en emergencias que han sacudido al país y a la región: el huracán Patricia (2015); el sismo de 2017 en Oaxaca, Puebla, Morelos y Ciudad de México; las inundaciones en Reynosa (2019); el huracán Otis en Guerrero (2023); y más recientemente el huracán Erick en Oaxaca (2025). También hemos acompañado, mediante socios especializados, a miles de familias durante la crisis migratoria desde 2018 y la emergencia sanitaria por COVID-19 en 2020 y 2021.
Nada de esto habría sido posible sin el trabajo de organizaciones como Un Kilo de Ayuda, CADENA, Save the Children, Médicos Sin Fronteras, All Hands and Hearts, CENACED, Mercy Corps y Medical Impact, entre muchas otras. Nuestro papel es estar cerca de ellas, sumando esfuerzos y asegurando que la ayuda llegue a quienes más la necesitan en los momentos de mayor urgencia humanitaria.

Solidaridad que se multiplica
La acción humanitaria nos recuerda que, aunque los retos globales crecen, la solidaridad también lo hace. Cada gesto —una despensa compartida, una mano que ayuda a levantar escombros, un joven que organiza desde su celular la entrega de víveres— suma para proteger vidas y construir comunidades más fuertes.
En PSM creemos que la juventud mexicana es el rostro de esa transformación. Su energía convierte la urgencia en oportunidad, y su compromiso fortalece la resiliencia de todo un país.
Este 19 de agosto, en el marco del Día Mundial de la Acción Humanitaria, reconocemos a quienes hacen posible esta labor y renovamos nuestra convicción: la cooperación y la solidaridad son las herramientas más poderosas para superar cualquier crisis y avanzar hacia un futuro más digno y humano para todas las personas.
“La acción humanitaria es más que simple generosidad, simple caridad. Su objetivo es construir espacios de normalidad en medio de lo profundamente anormal”, James Orbinski, Presidente Internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF), durante el discurso de recepción del Premio Nobel de la Paz otorgado a MSF en 1999.

Fuentes
Organización de las Naciones Unidas – Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, 19 de agosto.
Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) – Panorama Global Humanitario 2025
Gobierno de México, Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) – Ayuda humanitaria y prevención de desastres.
Organización de las Naciones Unidas – Objetivos de Desarrollo Sustentable.
Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) – Acción humanitaria y reducción del riesgo de desastres (México).
Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) – Sismos de 1985 y 2017. Organización y solidaridad del pueblo mexicano.